lunes, 5 de octubre de 2015

ESTAR BIEN CON UNO MISMO. TEORÍA



 

 

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► La relación con uno mismo

Todas las personas, en cada momento de nuestra vida, tenemos una idea de nosotros mismos. Esta idea es fruto, en gran parte, de nues­tra historia pero también de cómo vivimos aquello que la propia vida nos va trayendo.
Llamamos autoestima a la idea que una persona tiene de sí misma, de su mundo personal y de sus capacidades. La autoestima manifies­ta cómo cada uno se ve a sí mismo.
La manera de actuar de las personas depende en gran medida de lo que consideran que son capaces de hacer. Con frecuencia los pro­blemas no están tanto en las dificultades reales sino en la falta de confianza en sí mismo. Por eso es muy importante desarrollar una buena autoestima.
El mejor camino es conocerse bien, con las cualidades y defectos que todos tenemos. Esas cualidades y defectos nos pueden acompañar durante toda la vida. Lo importante es saber desarrollar lo mejor que cada persona lleva dentro.

La pubertad y la adolescencia

En cada momento de la vida las personas vivimos situaciones dis­tintas. No es lo mismo ser un bebé que tener veinte años o ser una persona ya mayor. Es muy importante vivir bien cada una de esas etapas.
Al finalizar la infancia comienza una etapa de grandes cambios:
 La pubertad se inicia en torno a los doce años. Aparece el desarrollo de los órganos sexuales con todo lo que eso significa de cambios en el propio cuerpo y en los sentimientos que se experi­mentan. Por otra parte, se desea salir del mundo del niño. Aparecen nuevas inquietudes e intereses y se intenta construir la persona que uno quiere Ser. Se puede producir un repliegue Sobre mismo, hacia su mundo interior. En general, puede ser una época de conflictos.
                                                                                                                                                        

La adolescencia comienza a partir de los  catorce años. Es una etapa llena de vitalidad en la que culmina el proceso biológico ini­ciado en la pubertad. El adolescente busca encontrar su propia identidad y conseguir su independencia y autonomía personales, amar y ser amado.
Poco a poco, a lo largo de esta etapa se va configurando el tipo de persona que se desea ser. Se suceden intentos de ser uno mismo: preocupación por el aspecto físico, la forma de vestir, la organización del tiempo libre fuera del ámbito familiar, la elección de los propios amigos, etc. Es la etapa en la que el chico o la chica comienzan a formular sus opiniones personales sobre los temas que más les interesan, incluido el tema de la religión.

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